Dependiendo del tipo de defecto visual, podría existir una progresión del mismo. Pero en términos generales el mayor riesgo corresponde a la exacerbación o aparición de molestias secundarias, así como la aparición de fatiga visual por el mayor esfuerzo que deben realizar los ojos. Además, podrían verse limitadas sus actividades al no poder visualizar bien los objetos. Es recomendable que emplee los lentes de acuerdo a la indicación realizada. Asista a control de la agudeza visual cada año.