Los estudios realizados no han encontrado relación directa en el aumento del riesgo de presentar complicaciones durante el embarazo con el hecho de pintarse el cabello, no se hace porque las sustancias contenidas se pueden absorber por la piel y llegar al feto y causar daño. Sin embargo para minimizar los riesgos debe realizarlo después del segundo trimestre: tintes sin amoniaco, y sólo las puntas sin dejar mucho tiempo de exposición.