El estado sexual depende, en esta edad, de las enfermedades concomitantes o del estado vascular en general, es decir, del estado de sus arterias. Si se padece de hipertensión y de diabetes, por ejemplo, se puede intuir que el estado de los vasos no es óptimo y la duración de la erección no es la esperada. Conversar con el urólogo y con la pareja para ser comprendido en este caso y apoyarse en otro tipo de actividad sexual que les reporte satisfacción completa.